Al General Aramburu. Buenos Aires
He leído en un reportaje, que Ud. se ha permitido decir que
soy un cobarde porque ordené la suspensión de una lucha en la que tenía todas
las probabilidades de vencer. Usted no podrá comprender jamás cuánto carácter y
cuánto valor hay que tener para producir gestos semejantes. Para usted, hacer
matar a los demás, en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones,
es una acción distinguida de valor.
Para mí, el valor no consiste —ni consistirá nunca— en hacer
matar a los otros. Esa idea sólo puede pertenecer a los egoístas y a los
ignorantes como usted. Tampoco el valor está en hacer asesinar a obreros
inocentes o indefensos, como lo han hecho ustedes en Buenos Aires, Rosario,
Avellaneda, Berisso, etc. Esa clase de valor pertenece a los asesinos y a los
bandidos cuando cuentan con la impunidad. No es valor atropellar los hogares
humildes argentinos, vejando mujeres y humillando ancianos, escudados en una
banda de asaltantes y sicarios asalariados, detrás de la cual ustedes esconden
su propio miedo.
Si tiene dudas sobre mi valor personal, que no consiste como
usted supone en hacer que se maten los demás, el País tiene muchas fronteras;
lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más
valiente que yo. Lleve sus armas, porque el valor a que me refiero, sólo se
demuestra frente a otro hombre y no utilizando las armas de la Patria para
hacer asesinar a sus hermanos. Y sepa para siempre que el valor se demuestra
personalmente y que, por ser una virtud, no puede delegarse. Hágalo, sólo así
me podría probar que no es la gallina que siempre conocí.
Si usted no lo hace y el pueblo no lo cuelga, como merece y
espero, por salvaje, por bruto y por ignorante, algún día nos encontraremos.
Allí le haré tragar su lengua de irresponsable.
Firmado: Juan Perón, General.
Comando Nacional - Partido Peronista.
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