Carta al Sr. Jorge Antonio 20 de diciembre de 1964
Escrito por Juan Domingo Perón.
Torremolinos, 20 de diciembre de 1964.
Al Sr. Jorge Antonio
París
Mi querido amigo:
Estoy sin noticias suyas desde su partida hacia la dulce Francia y me tiene preocupado el hecho de cómo le habrá ido allí. Solucionado más o menos bien el viaje de los muchachos, con sólo la detención de Framini, que veremos como se soluciona, me queda sólo la preocupación de su situación. Por eso le pido que no deje de informarme.
En la Argentina las cosas se complican cada día más. Ha comenzado a funcionar mejor la guerra sicológica por parte del Peronismo a lo que se ha sumado lo de las cartas del cretino de Rauch que, en esta ocasión, aunque diga un montón de disparates inconciliables con la congruencia, por lo menos suma un lío más al Gobierno y amenaza al Ejército con una división mayor que puede llevarlo a lo que nosotros queremos. Usted ve que un bruto suele ser muchas veces más útil que un malo.
Todavía estoy "confinado aquí con dos centinelas a la vista"; llevo ya veinte días preso entre Sevilla y Torremolinos. Es indudable que se trata de una real cabronada para impedirme que pueda viajar antes del 31 de diciembre, probablemente por orden del Virrey U.S.A. Ayer pasé una nota al Ministerio de la Gobernación para que se aclare esa situación. La llevó Isabelita y espero que contesten por escrito para tener constancia de la vejatoria situación a que me someten.
Es doloroso comprobar lo que valen los hombres y el precio' que hay que pagar para ello suele ser muy ingrato. En nuestra situación recién se llega a lograrlo. Usted ve cuanta infamia junta hay detrás de la declamatoria monserga de la gratitud, la hidalguía y los tan mentados "cojones" que ahora no aparecen por ninguna parte. Para un Quijote como Cabanilles hay mil Sanchos que se encargan de anularlo y así se escribe la Historia.
Cada día me incüno más por salir de España y buscar refugio fuera de Cartago. Veremos que dice el amigo Nasser. Pero como quiera que sea la situación actual hace muy difícil mi permanencia aquí. Yo creo que todo lo que me están haciendo es para que me vaya. Lo que hicieron con Usted, sin contemplaciones, evidencia que las garantías son demasiado aleatorias y los procedimieñtos suficientemente draconianos como para que nos hagamos ilusiones.
Como Usted sabe yo cuento con medios económicos muy limitados, y para no comerme el poco capital invertí en comprar el terreno y la casa en Puerta de Hierro. Si debo salir de España la cosa se me va a poner peligrosa y por eso quiero vender todo antes de salir. Si no hubiera cometido el error de creer en la hidalguía y los "cojones" no habría comprado nada y ya estaría fuera de España pero, desgraciadamente, no es esa mi situación.
Ahora mientras este aquí debo cumplir lo prometido y no desarrollar actividades políticas, ni recibir visitas y aceptar este confinamiento, porque el hecho de que ellos hayan sido, como dicen aquí, unos cabrones, no me autoriza a mí también a serlo. Esto no me preocupa porque los muchachos llevan el documento necesario para hacerse cargo de todo por lo menos hasta que yo arregle mis cosas y pueda salir de aquí.
Sé, por lo que me ha informado Verdejos, que Usted anda allí con gran actividad y promisoria fortuna ¿Quién sabe si Francia resulta tan adversa como imaginábamos? En esto suelen haber sorpresas no imaginadas. Espero que así sea.
No deje de escribir o hacerme informar. Sé que Giménez ha viajado y espero sus noticias. Por acá todo bien a pesar de estar "entre los indios". Un gran abrazo.
Firmado: Juan Perón
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