martes, 2 de julio de 2019
Hace 14 años hablaba Jorge Rulli en Radio Nacional
Elecciones, un álgebra obscena de las listas en que todo se negocia.
El Estado debe ser necesariamente refundado.
Leer los diarios en estos días que corren y especialmente informarse de las noticias políticas que refieren a los preparativos de los partidos políticos, frente a las próximas elecciones de octubre, y me refiero a toso sinexcepción, puede transformarse en un duro, en un arduo ejercicio de nuestra integridad como ciudadanos responsables. En verdad, cuando lo hacemos y lo hacemos ahora ante la presentación de candidatos, nos gana el estado de náusea, nos sentimos inundado por la vergüenza que sentimos por todos aquellos que parecieran haberla extraviado en los vericuetos de las transacciones partidarias interminables, esa álgebra obscena de las listas en que todo se negocia y en que los puestos de la escala de candidatos parecieran ser tan sólo el trampolín necesario para salvarse...
El Estado como botín...
El Estado es botín del modelo de representación y las negociaciones preelectorales on su necesario correlato y escalón de acceso al festín que se organiza... No se discuten programas ni tampoco ideas, no existen proyectos ni propuestas, sólo la mezquina ambición de ocupar ese peldaño que permita llegar... la lucha de facciones y los códigos de tribus... Y en la mesa de negociación como en los antros del juego clandestino todo está en disposición de ser canjeado, las alianzas hasta ayer impensadas hoy son un hecho impúdico que se exhibe como un trofeo más en el cambalache de la vida pública. Sobre el paño verde de la timba se prostituye la madre de todas las batallas, esa misma madre de todas las batallas que algunos comandantes de los 70 anunciaban... con tanto énfasis, buscando de ese modo despertar viejas adrenalinas.
Mientras tanto, y mientras crece el generalizado descrédito de la política, los próceres de verdad descansan, aunque no en paz. No se nos permite aún saber con certeza si como cree y creemos con Hugo Chumbita, la madre de San Martín era Rosa Gurú, la india guaraní que históricamente oficiara como su nodriza... No es un hecho menor el poder comprobar la ascendencia india del Libertador en un país que busca aún su identidad cultural como imprescindible requisito para hallar modelos de comunidad mas dignos y justos.
Y estoy pensando en las guerras y en los genocidios realizados con los pueblos originarios, guerras y genocidios sobre los que se afirmó la reconstrucción de la República por la Generación del 80. Y también, estoy pensando en toda la postergación y la exclusión de esa Argentina mestiza que aún se revela en los escalofriantes porcentajes de indigencia, de hambre, desempleo y superpoblaciones carcelarias en situaciones infrahumanas de encierro.
Sin embargo, lamentablemente, tendremos que esperar tal vez, a que una próxima generación de hombres con otra vocación política mas trascendente se hagan cargo de los destinos de la Nación. Ayer mi amigo Chochó me informaba con tristeza que sobre la placa que recuerda el lugar donde la Triple A segó la vida del diputado nacional Ortega Peña, algún insensato pintó una cruz esvástica... y que pese a las denuncias de numerosos memoriosos respetuosos de aquellos tiempos trágicos, ningún funcionario pareciera haberse inquietado por el asunto... En la República de Cromagnón parece que el cierre de la Rural por parte de un juez probo sí moviliza en cambio, a los altos funcionarios del Gobierno de la Ciudad y los vemos como se expresan públicamente, ganados por la exaltada indignación ante la supuesta injusticia, como si acaso no supiéramos que están defendiendo a uno de los mas desvergonzados negocios del menemismo, y me refiero a convertir los predios de la vieja exposición rural, espacio público de los vecinos de la ciudad, en un reducto cautivo de la oligarquía vacuna hoy reconvertida en medio de la Republiqueta Sojera, a una mera clase parasitaria explotadora de cines, shoppings y de mega eventos internacionales.
Muchachas canjeadas como mercancías en los burdeles...
En medio de tantas noticias penosas sobre niños y muchachas desaparecidas, muchachas de Misiones y del Paraguay canjeadas como mercancías en los burdeles que se multiplican por todas partes en la gran ciudad, sin que la policía ni las autoridades lo adviertan... Que proliferan en pleno centro, en las zonas comerciales, burdeles que se anuncian públicamente como lugares de masajes o de búsquedas de la pareja, pareja que el pobre desolado hombre o mujer de la urbe sueña con hallar y en que serán inexorablemente timados.
En medio de tanto y tanto extravío, en este país prostibulario que como cien años atras recrea un absurdo y macrocefálico implante europeo mestizo al borde del interminable desierto verde de la soja, en esta ciudad de amores contrariados, de mujeres perdidas y de hombres en soledad que esperan... esperan... como en la obra de Scalabrini Ortíz, días pasados nos enteramos con tristeza que el croqueta Ivancich, subsecretario de la Función Pública, murió de un infarto después de litigiosas, interminables, iatrogénicas sesiones de negociación tira y afloje con los sindicatos y con los funcionarios. No es Ivancich el primero ni será el último de los que mueran de ese modo, tratando de cambiar o dinamizar desde un mero cargo de subsecretario de Estado planificado cuidadosamente para la inutilidad, transformando consciente y pacientemente para ser el Estado bobo en que lo único que procede es aquello que interesa a las Empresas.Que no mueran mas hombres como croqueta es nuestro deseo, que no sea ese el precio que paguen aquellos que luchan todavía contra la corriente en este Estado desguazado idiotizado y torpe, como ocurriera alguna vez en la Secretaría de Cultura de nuestro amigo Luis Barone, que salvó la vida y su corazón por milagro luego de extenuantes batallas con la burocracia administrativa. En el Estado absurdo que se sabotea y se paraliza a sí mismo.
La refundación del Estado y la necesidad de un Proyecto Nacional.
Este Estado debe ser necesariamente refundado, debe ser necesariamente repensado desde las mismas leyes y reglas que lo ordenan, deben ser renovados sus directorios provenientes en su gran mayoría del menemismo, debe ser extirpada como un cáncer la extendida influencia de las empresas, debe ser agilizados sus presupuestos y formas de inversión. Pero ello sólo tendrá sentido en un país que vuelva a tener un Proyecto Nacional, un país cuya dirigencia levante la mira de sus objetivos, un país que se proponga la planificación desde el Estado y un desarrollo amigable con el medio ambiente. Un país que deje de ser hostil a lo rural y asuma el interior despoblado como un enorme territorio a rehabitar, a la vez que como una oportunidad para recrear la vida en desarrollos locales con Soberanía Alimentaria y la Justicia Social. Ese Estado con el que soñamos hace tantos años y por el que luchamos cada día, volverá sin dudas alguna vez a ser el instrumento idóneo para lograr la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.
Jorge Rulli - Horizonte Sur - Radio Nacional - 2 de julio de 2005
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